domingo, 25 de septiembre de 2011

Cuando aparece Miranda Cosgrove (camisa de jean sobre remera batik, jeans chupines que parecen anchos a su delgadez), estamos ante la encarnación del adolescente que los adultos suelen abrazar: amable, risueña, tímida a reglamento. Probablemente si no tenés entre 4 y 15 años ignores todo sobre ella, pero su show en Nickelodeon, el rompe-ratings iCarly , no sólo desplazó de dos años a esta parte al de Hannah Montana , sino que recupera un tipo de humor al estilo Lucille Ball, del que probablemente ignores todo si no tenés entre 47 y 89, en la era del podcast. A los 18 tiene el mismo rostro que a los 13 (la edad ficcional de Carly)
Sos uno de esos casos de actores jóvenes que hacen el colegio en la casa. ¿Extrañás las aulas?
–Por ley tuve que hacer 15 horas semanales y rendir examen. Me tocó entonces que mis aulas fueran algunas bibliotecas públicas de Los Angeles, pero en un momento no pude concentrarme más: los fans pueden ser tan cariñososo como demandantes.
–¿Es cierto que compartiste aulas con Drake Bell y Josh Peck, las otras estrellas del canal?
–¡Absolutamente! No sé si debería decir esto, pero ha de notarse que ellos son mayores que yo (se ríe con picardía), así que terminaron antes. Lloré un montón cuando se fueron. Y contestando, finalmente, la pregunta anterior, sí, extrañé estar en un aula.
–O sea que tuviste más experiencia de aulas filmando “Escuela de Rock” (2003) que en tu vida real...
–Ja ja. Puede decirse que sí. Tengo un parámetro desfasado: para mí, un maestro normal es Jack Black.
–Una de las atracciones de “iCarly” son los videos que mandan los fans. ¿Alguna vez recibieron algo más asqueroso que ese chico que...
–...lanzaba leche por los ojos? ¡Repugnante! Pero no, ésa fue la mayor chanchada que recibimos. Por supuesto, fue uno de los capítulos más vistos...
–¿Cómo es protagonizar el programa favorito de las hijas del presidente Obama y que incluso su esposa, Michelle, aparezca en un episodio?
–Trato de tomármelo con calma. Cuando los fans vienen a pedirme un autógrafo, muchas veces tiemblan y trato de hacerles entender que soy una persona normal. Entonces, aplico el mismo sistema en mi relación con personas de esa talla. O lo intento, al menos...
–Estás en una edad bisagra, 18, interpretando a una adolescente. ¿Qué lectura hacés cuando leés que Demi Lovato o Lindsay Lohan entran en rehabilitación?
–Son cuestiones privadas, aquejando a distintas personas. Prefiero crecer despacio, quemando cada etapa a su debido momento. Ojalá no me equivoque.

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